martes, 3 de julio de 2007

Palacio de Linares (Madrid)


1. DENOMINACIÓN:
LA CASA DE AMÉRICA DE MADRID
Casa de América es un consorcio creado en 1990 e integrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de la Secretaría de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamericana, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid.
2. LOCALIZACIÓN:
- DIRECCIÓN:
Paseo de Recoletos nº 2, C.P.: 28.001, Distrito: Salamanca, Madrid .
Tel. 91.595.48.00
Autobuses nº: 1, 2, 5, 9, 10, 14, 15, 20, 27, 34, 37, 45, 51, 52, 53, 74, 146, 150, 202
Metro: Línea 2 (Banco de España)
Cercanías: Estación de Recoletos.
- HORARIO:
Domingos: 11:00 – 12:00 – 13:00 horas
Lunes: 15:00 – 16:00 – 17:00 horas

3. DESCRIPCIÓN:
Se encuentra en el Paseo de Recoletos, una zona de con gran riqueza cultural y museística de la ciudad.
El primer marqués de Linares, José de Murga, adquirió solares que eran propiedad del Ayuntamiento de Madrid para construir sobre una superficie total de tres mil sesenta y cuatro metros cuadrados lo que más tarde sería conocido como el palacio de Linares. El primer plano del edificio data en 1872, pero hasta 1900 no se inaugura; es entonces cuando cobra mayor intensidad la triste leyenda de sus primeros moradores. La mansión de los marqueses, arquitectónicamente un producto típico de la Regencia de Maria Cristina en la que intervienen innumerables artísticas en su decoración, fue una residencia apenas visitada por los burgueses y aristócratas de la época.
El financiero José Murga, Marqués de Linares y vizconde de Llanteno adquirió a mediados del siglo XIX tres parcelas que había en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad, la Plaza de Cautelar -hoy Cibeles- para construir su palacio residencial. En este extenso solar estuvo desde mediados del siglo XVII el Pósito de la Villa, institución que se encargaba de almacenar reservas de granos panificables para los tiempos de carestía.
Durante mucho tiempo se atribuyó erróneamente la autoría de este palacio al arquitecto francés Ombrecht, pero hoy sabemos que fue construido en 1873 por el arquitecto Carlos Coludí, porque han aparecido en el Archivo de la Villa los planos del proyecto original con su firma, aunque fue fechado diez años antes.
Es un característico ejemplo de la obra palaciega madrileña del siglo XIX. De la parte exterior del palacio destaca el chaflán cilíndrico de la fachada principal y lo bajo relieves de los frontones de las ventanas y los frisos. Del interior, llama la atención la elegancia de su vestíbulo ovalado junto con la escalera de doble derrame que realizó el arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amorós, y que comunica, ya en planta noble del edificio, con un salón principal de bella estructura barroca. En las lujosas decoraciones del palacio trabajaron artistas de la talla de Casto Plasencia, Jerónimo Suñol, Francisco Pradilla, Manuel Domínguez, Francisco Amérigo, y Alejandro Ferrant. La parte trasera del palacio da a un jardín, que se extiende hasta la calle Marqués del Duero, y al que se asoman dos interesantes pabellones, uno de corte clásico y otro, más pequeño, de características románticas. Estos pabellones hacían sus funciones de caballerizas y de “casa de muñecas” y también son obra de Manuel Aníbal Álvarez.
4. IMPORTANCIA DE SU ESTUDIO:
Tiene una función principal sobre todas las demás: Generar un foro sobre debates de aspectos económicos, tecnológicos y culturares relacionados con Iberoamérica.
5.CRONOLOGÍA:
Ciclo: EL 98 DESDE ESPAÑA
El año 98 del siglo pasado vino a marcar con una cicatriz traumática la Historia de España. Aunque nunca se rompieron los vínculos históricos -ni los sentimentales ni los familiares-, el 98 señala el final de la presencia española en América como gobierno, con la salida de Cuba y Puerto Rico, y la guerra con los Estados Unidos.
Merced a ese episodio histórico, cambian las visiones mutuas, la manera de tratarnos y vernos -la española con respecto a América y viceversa-, se ahondan las fisuras y las incomprensiones. Y, durante largas décadas, España queda a este lado del Atlántico y América al otro, aunque las distancias no lleguen nunca al olvido de la historia común.
En España, una pleyade de pensadores, ilustrados, profesores, filósofos, políticos, intelectuales y escritores dan la voz de alarma ante la decadencia española y claman por una regeneración moral del país. Exigen una urgente modernización de nuestras viejas estructuras, obsoletas en muchos sentidos, y no dejan de señalar su pesimismo al hablar del presente y del futuro de España. Ese grupo intelectual de talentos e inteligencia activas recibió para toda la eternidad el nombre de Generación del 98.
Hay que añadir, además, que en nuestro país y en muchas otras naciones europeas y americanas, ciertas convulsiones políticas y sociales alumbraban un nuevo siglo, ya inminente, que significaba el final de una existencia determinada y el principio de otra concepción del mundo. Se anuncian, por un lado, los desastres a los que las grandes potencias del mundo y sus campos magnéticos se abocaban, desoyendo las voces de alarma de las conciencias de su sociedad; y, por otro lado, los portentosos adelantos industriales y científicos que nacerían y se desarrollarían en el nuevo siglo, dando lugar a una inimaginable, sorprendente y constante revolución de las comunicaciones y los modos de ver el universo y la vida de los seres humanos.
Cien años después de aquel momento, traspasada ya la frontera de la celebración del V Centenario, vivimos con la certidumbre de un mundo mas abierto y con mas posibilidades y esperanzas que el de la Generación del 98 y su experiencia. Aunque han crecido también a estas alturas muchos problemas de antaño, aun sin resolver, y muchos conflictos nuevos surgidos del desarrollo y de sus muchas virtudes y errores, el recuerdo de aquel año 98 no debe quedar reducido en exclusiva a una celebración cultural de la efemeride y a la actualización académica e institucional de los datos histéricos, en muchos casos todavía desperdigados, sino que debería ser además un rescate de la vieja y siempre viva conciencia española de América, y -en el camino del regreso inevitable- la conciencia americana viva, secular y antigua de la España de entonces y, sobre todo, de la de nuestro presente y nuestro futuro en el inmediato siglo que viene.
España, después de mas de medio siglo de lacerante aislamiento de las grandes corrientes intelectuales económicas y científicas del mundo moderno, ya es un país integrado en la Unión Europea, tras un esfuerzo histérico que señala un cambio cualitativo en nuestra historia. Y en estos últimos años se viene cumpliendo. nuestro destino europeo con logros incuestionables y sorprendentes. Pero la extensión natural de nuestro país no puede conformarse ni quedar reducida al interés justificado por Europa, de la que formamos parte, sino que en la misma medida es evidente que América forma parte de nosotros, como país y como historia, y nosotros, los españoles y España, tenemos una dimensión americana histérica y moderna que debe ser cuidada con el mismo interés, la misma delicadeza y con el mismo esfuerzo que hemos dedicado a Europa en las ultimas décadas.
El año de 1998 es, entonces, una fecha excelente para celebrar en la Casa de América no sólo el recuerdo del pasado, y de muchas de sus contradicciones, sino para abrir caminos y nuevos entendimientos, siempre necesarios y urgentes, con el continente americano. En este sentido, y desde un concepto vivo de las relaciones entre América y España, y viceversa, la Tribuna Americana de la Casa de América ha programado un ciclo de conferencias de personalidades de la vida española en todos los campos -desde el empresarial al político, pasando por el mundo vertiginoso del periodismo y las nuevas tecnologías, las visiones de los intelectuales, la ciencia y la universidad- cuya relación con América forma ya parte de sus inquietudes y biografías.
El ciclo de "El 98 desde España" se extenderá desde principios del próximo mes de diciembre hasta el mes de mayo de 1998, y tendrá, como contrapartida en el acercamiento y dialogo necesarios, una segunda parte "El 98 desde América" en la que los conferenciantes serán personalidades iberoamericanas. Ellos nos darán una amplia visión de sus exigencias, sus ilusiones y necesidades, y su concepción de las relaciones entre América y España en el presente y en el nuevo siglo que ya se avecina. Con esta segunda parte, que abriremos en mayo del año próximo y cerraremos en diciembre estaremos cumpliendo los objetivos del ciclo del 98 y una parte de la misión de la Casa de América en Madrid, como punto de encuentro vital y activo entre nuestros dos mundos, el europeo y el americano.
6. ELEMENTOS GRÁFICOS:





7. ESTADO DE CONSERVACIÓN:
Artículo 1

Se crea el Consorcio "Casa de América" que se configura como una Entidad de derecho público de carácter interadministrativo, con personalidad jurídica propia y plena capacidad de obrar.
El Consorcio está integrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de la Secretaria de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberoamérica, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid.

Artículo 2

El Consorcio tiene por objeto la gestión de los servicios Socio-Culturales e Institucionales previstos en los presentes Estatutos y las operaciones de rehabilitación, conservación y mantenimiento del Palacio de Linares.

Artículo 3

La duración del Consorcio "Casa de América" será de setenta y cinco años susceptibles de ser prorrogados mediante acuerdo entre las partes consorciadas.


Artículo 4

El Consorcio tendrá su sede en el Palacio de Linares, situado en la Plaza de Cibeles en Madrid.

Artículo 5

Son fines generales del Consorcio los siguientes:
a) Fomentar la realización de actuaciones y proyectos que contribuyan al mejor conocimiento entre los pueblos de Iberoamérica y España.
b) Impulsar el desarrollo de las relaciones de España con los países americanos y especialmente con los de Iberoamérica, en los ámbitos institucionales, culturales, sociales, científicos y económicos.
c) Estrechar los vínculos de amistad, solidaridad y cooperación entre los países miembros de la Comunidad iberoamericana de Naciones.
d) Promocionar Madrid como lugar de encuentro entre Europa y América, facilitando el acercamiento institucional entre continentes.
e) Servir de foro a las representaciones diplomáticas de los países iberoamericanos para la difusión de los intereses y realidades de dichos países en España y en Europa.
f) Promover una mayor presencia en todos los ámbitos de la cultura de raíz hispánica.
g) Cualesquiera otros que contribuyan a la realización de los objetivos por los cuales se constituye dicho Consorcio.

8. SECTOR O ACTIVIDAD ECONÓMICA:
Económicos, tecnológicos y culturares relacionados con Iberoamérica.







foto: Sonsoles Hernández

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